Hoy cumpliría 80 años Billy Fury, uno de los aristas de Rock & Roll más importantes de finales de los 50’ y 60’s ingleses. Billy Fury siempre ha parecido para muchos aficionados al Rock & Roll y al Pop, un artista un tanto eclipsado por otros intérpretes de su generación de su país, Cliff Richard o luego The Beatles y los grupos de Merseybeat, aparentemente le hicieron sombra, pero no es del todo cierto. Billy fue un artista importantísimo, con múltiples apariciones en programas de Televisión y radio de máxima audiencia. Siempre estuvo arropado por magnificas bandas, en un principio con The Blue Flames, donde el teclista era nada más y nada menos que Georgie Fame. The Blue Flames fueron elegidos, como banda para Billy, tras una audición en Liverpool, ciudad natal de Billy, a esta prueba se presentaron varias bandas, entre ellas The Beatles, en su primera formación, los cuales no fueron seleccionados, entre otras cuestiones, porque Stuart Sutcliffe, su bajista en esos momentos tocó de espaldas al mánager de Billy, con una actitud totalmente macarresca y sin ningún tipo de miramiento hacia las personas que tenían que juzgarlos, esto irritó bastante al mánager de Billy. También le acompañaron The Tornados, los del mítico tema “Telstar”, producido por Joe Meek, que llego a numero 1 incluso en USA. Con The Tornados grabó el magnífico disco en directo “We Want Billy” de 1963, en el que podemos hacernos una idea bastante clara de lo que podía ser Billy en directo. A mediados de los 60’s estuvo acompañado por el grupo The Glambers, con los que realizó muchas de las grabaciones para la BBC que se conservan de esa época, un magnifico grupo también. Durante todos estos años, además de televisión y radio, Billy también hizo cine, sus películas al estilo de las de Elvis tuvieron bastante éxito en Inglaterra. Pese a todo esto, Billy nunca consiguió un numero 1, pero coloco más temas en el top 20 que cualquier grupo de su época, solo lo superaron The Beatles, Cliff Richard y Elvis Presley.
Billy nos dejó en 1983, a consecuencia de un ataque cardiaco, justo después de una actuación. Billy ya había padecido un infarto en 1982 y sabia el riesgo que corría, pero decidió morir y vivir como él quería, en el escenario.
En su ciudad natal de Liverpool se puede ver una magnífica estatua que rinde homenaje a este gran artista, muy popular y querido en Inglaterra.



